La forma de un edifico está definida por su estructura y ésta, a su vez, es la que termina definiendo múltiples variables y características.
Por lo tanto, la estructuración de proyectos es la definición precisa y clara de la forma, característica y capacidad de la empresa para el momento que entre a operar en realidad.
La estructuración empresarial se puede hacer en áreas independientes o integrando todas las áreas de la empresa.
Lo ideal y más confiable es la integración completa de las áreas pues la fragmentación no permite visualizar las posibles restricciones que el sistema pueda presentar, una vez esté en total operación.
El deber ser de la empresa
La estructuración del proyecto empresarial nos permite tener de manera proactiva los ítems que conforman el plan de trabajo, con el máximo detalle, así:
• Nómina para la operación y por cada área específica.
• Plan de gastos básicos que tendría la empresa en su operación normal, con total detalle de los mismos.
• Estructuración de costeo unitario de cada servicio y/o producto, realizado por grupo de productos, ponderando según sus pesos relativos de participación en el portafolio.
• Cálculo del punto de equilibrio para conocer la igualdad entre ingresos, costos y gastos.
• Proyección de la organización con base en las cifras trabajadas y sus indicadores registrados; para periodos de tiempo claramente definidos.
Este aparte hace referencia al deber ser de la empresa, permitiendo desde una metodología totalmente teórica, identificar si hay viabilidad o inviabilidad económica en el proyecto.
Este, a su vez, termina siendo la carta de navegación de la empresa para dicho periodo de tiempo. Siempre la estructuración de proyectos está orientada al comportamiento de su estado de pérdidas y ganancias o generación de utilidades.
La estructuración empresarial también nos permite tener conocimiento claro y detallado de:
• Las áreas de trabajo y los recursos asignados a cada una.
• El encadenamiento productivo y administrativo de los diferentes eslabones de la cadena empresarial, que intervienen en dicha empresa.
• La responsabilidad de cada una de las áreas en cuanto a sus metas de cumplimiento.
• Garantizar el cumplimiento final de las metas trazadas, en cada una de las áreas que la conforman. Recordemos que las utilidades en las compañías son la sumatoria de las individualidades que configuran el colectivo final.
Del Real Ser al Deber Ser
• Tener un elemento confiable de comparación entre lo obtenido realmente según los informes contables (el Real Ser), Vs. La proyección teórica (el Deber Ser).
• Tener una forma de identificación de circunstancias salidas de la normalidad, que sea proactiva, enfocada y concluyente.
• Tener una herramienta para la medición de las acciones de mejora, implementadas durante el día a día empresarial.
• Tener un direccionamiento empresarial para las gestiones de las áreas proyectadas y así poder garantizar los resultados proyectados, con anterioridad.
Y si tiene temor a incurrir en gastos al inicio de su proyecto, recuerde una de nuestras frases de batalla: “si utilizar el conocimiento le parece costoso, pruebe la ignorancia”.